En los sesenta las canciones no pertenecían a nadie; es decir que pertenecían a todos..... Bueno, en definitiva, que la promiscuidad creativa era casi una obligación, vaya. La supremacía afroamericana era la autentica fuente de hits de la que mamaban todos, covers que no eran copia sino nuevas vías de escape; otras posibilidades de salvación. Como The Action y su Soul blanco versionando a Bob & Earl sin recreación ni adoración babosa. Un chico británico nunca podrá alcanzar el beat negro y los primeros mods lo sabían, por eso dieron su punto de vista añadiéndole lo único que podía añadir el blanco: finura, armonía estudiada, sonido tratado y retorcido -es decir, psicodelia-, y en general cierta frialdad que es el principio y el final del Pop. Después de eso -electrónica incluida- todo es dar vueltas sobre el mismo círculo.
