Pues se ve que hubieron unos tóxicos y peligrosos jóvenes rebeldes en el mismo Ohio de Pere Ubu, en el mismo 77 de Sex Pistols, con el mismo crack de los Ramones y los mismos cueros de la Velvet. Todo lo que gritaron lo gritaron tan al límite, que llamándose paganos crearon devoción teologal entre, al menos, cuatro de su barrio; y seguro que estarían con el pp en aquello de que la resistencia pasiva no interesa, por eso dicen que no hay sitio donde ir.
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