Desde atocinados se defiende la música satánica(como Calle 13) y los más excitadores en el tema son los negros. No nos cansaremos de decirlo: Por mucho que unos se pinten la cara (Metal) y otros toquen más alto que nadie (My Bloody Valentine), sólo canciones como ésta llevan el 666 en el ADN. Aprendieron a cantar en iglesias para luego gritar odas a la promiscuidad. Punk apresurado, ellas delante, él detrás y el diablo danzando en todos. No es de extrañar finales dramáticos como los de Marvin Gaye o The Platters.
Hacer pop tan enormemente sucio, tarde o temprano, trae sentimiento de culpa.
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