Canción de fornicio. El espacio entre caja y caja es el idóneo para dibujar el contoneo guarro por excelencia. La voz lo suficientemente ardiente para sugerir indecibles deseos. Percusión y pausas para recomponerse el vestido y seguir sudando. La importancia de lo que no suena.
Glúteos a punto y falos firmes porque David Coleman y su "Drown My Heart" es el estímulo perfecto para tu próximo striptease privado.
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